La noticia climatológica de este martes fue aportada por el Servicio Meterológico Nacional, que esta mañana posicionó a Comodoro Rivadavia como la ciudad más cálida de Argentina, en medio de una ola polar que afecta a gran parte del país.
A pesar de esa curiosidad climática, y aunque el invierno empezó formalmente hace apenas tres días, muchos comodorenses coinciden en una misma percepción: el frío se siente más húmedo que de costumbre. Una sensación que incomoda, cala los huesos y se diferencia de los inviernos anteriores donde el viento seco predominaba. ¿Es solo una impresión subjetiva o hay una explicación meteorológica detrás?
Para el pronosticador Daniel Wiertz, la observación no es errada. De hecho, existe una base climática que justifica esta percepción, y está directamente relacionada con un factor clave: la ausencia de vientos intensos provenientes del oeste.
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Una rareza: este martes Comodoro Rivadavia lideró el ranking de temperaturas durante la mañana.
Foto: archivo ADNSUR
“No está errada la idea de pensar que este frío viene con más humedad. Tiene su lógica, aunque serán los especialistas en climatología quienes, una vez concluido el período, puedan determinarlo con precisión. Pero en términos generales, lo que hemos tenido en estas semanas es un aire relativamente húmedo, y eso cambia completamente la sensación térmica”, explicó Wiertz.
El meteorólogo detalló que los vientos fuertes —especialmente los del oeste— son los que suelen secar el aire del lado argentino de la cordillera. Sin embargo, en este arranque de invierno, esos vientos han estado ausentes, lo que genera una atmósfera distinta. “Cuando hay viento, el aire suele ser mucho más seco. Y este año, al no tener tanto viento, se genera una percepción, y también una realidad, de que el aire es más húmedo”, aclaró.
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La humedad en el aire no solo modifica la percepción del frío, haciéndolo más penetrante, sino que impacta en la vida cotidiana de muchas maneras: desde la forma en que se siente el clima en la calle hasta cómo se comporta el cuerpo, los objetos del hogar o la ropa. “No hemos tenido un invierno muy frío en sí, recién ahora estamos comenzando a sentir el frío más típico. Pero sí, esa humedad ambiental hace que se perciba más intenso, incluso cuando las temperaturas no son tan bajas”, señaló.
Wiertz también apuntó que este fenómeno no es exclusivo del sur argentino, aunque allí se nota con más fuerza. La combinación de temperaturas medias con humedad provoca una sensación térmica más baja, especialmente en zonas costeras o cercanas a cuerpos de agua.
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“Estar en un lugar con aire húmedo y frío no es lo mismo que estar en uno con frío seco. Esa diferencia es real y tiene que ver con cómo el cuerpo pierde calor. El aire húmedo transmite el frío con más eficiencia, por eso la gente lo siente más”, explicó.
Aunque todavía es temprano para sacar conclusiones definitivas sobre el comportamiento del invierno 2025, Wiertz no descarta que este tipo de configuraciones se repitan si persisten las condiciones actuales. “No sabemos todavía si será un invierno atípico en términos climáticos, pero sí podemos decir que el inicio se da bajo un patrón que no es el habitual”, sostuvo.
La ausencia de viento también tiene efectos secundarios: menos polvo en suspensión, menos sensación de sequedad en la piel y, en algunos casos, más nubosidad. Todo esto, junto a las temperaturas mínimas que empiezan a descender, conforma un combo que marca un invierno distinto al de otros años recientes.
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“Recién estamos comenzando a tener el frío más típico, pero hasta ahora venimos con un aire húmedo, poco viento y una sensación térmica diferente. No es solo percepción, tiene sustento técnico”, concluyó el pronosticador.