Aunque el mercado de pases en Europa ya parecía cerrado, todavía hay movimientos importantes. En las últimas horas se confirmó que Lucas Boyé dejó el Granada y se convirtió en refuerzo del Deportivo Alavés, que busca mantenerse en LaLiga y soñar con una clasificación a competencias europeas bajo la conducción de Eduardo “Chacho” Coudet.
La transferencia se concretó en 5,8 millones de euros, y gracias al mecanismo de solidaridad que establece la FIFA, el Millonario recibirá 130 mil euros. El club de Núñez tiene derecho a un 2,25% del monto total, ya que Boyé estuvo en sus divisiones juveniles entre los 14 y 19 años, antes de debutar en Primera en 2014.
En su paso por el Millonario, Boyé disputó 37 partidos oficiales y marcó dos goles. Sin demasiado lugar por la competencia con delanteros de jerarquía como Teo Gutiérrez y Rodrigo Mora, emigró en 2015 a Newell’s y, desde entonces, desarrolló su carrera en el exterior, con pasos por Elche, Celta de Vigo, Torino, Reading y AEK Atenas, entre otros clubes.
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En el Granada, donde jugó las últimas dos temporadas, el delantero disputó 64 encuentros, anotó 16 goles y dio 8 asistencias, siendo uno de los referentes ofensivos del equipo. Ahora, a sus 29 años, buscará consolidarse en el Alavés, que lo presentó en redes como un “atacante goleador, versátil y dinámico” que incluso ya vistió la camiseta de la Selección Argentina.
Este ingreso por la venta de Boyé se suma a otros ingresos menores que River viene recibiendo por futbolistas formados en el club, una política que, con el paso del tiempo, le permite sumar divisas inesperadas cada vez que uno de sus juveniles cambia de camiseta en el exterior.