La vicepresidenta Victoria Villarruel sabe que su persona será objeto de nuevas fricciones con la Casa Rosada, sobre todo en un contexto cuesta arriba para Javier Milei y para el oficialismo en el Congreso. Los ataques (como el sucedido días atrás cuando el Presidente la calificó de “traidora”), se repetirán con seguridad.
Ello no impidió que Villarruel viaje a Corrientes y se muestre con el gobernador Gustavo Valdés, cuyo hermano, Juan Pablo Valdés, competirá con el candidato de Karina Milei el próximo 31 de agosto.
Un movimiento por demás sugestivo y un desafío al Presidente y su hermana.
Esto no les gusta a los autoritarios
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Con todo, Villarruel no confronta abiertamente con el Presidente. Sabe que su figura gana centralidad sin siquiera mover un dedo. Cada vez que el escenario se pone peliagudo en el Congreso y en especial en el Senado, para la Casa Rosada, ella gana volumen y su nombre queda en el centro de la escena.
Un episodio pasó casi desapercibido esta semana. El miércoles pasado Milei salió a la reja de Casa Rosada a saludar transeúntes con un rigurosa custodia y celo hacia el periodismo. Pese a ello, algunos teléfonos celulares lograron registrar lo que se trató de una nota disonante. Alguien le espetó al Presidente: “No la trates mal a Victoria Villarruel porque la voté también; en la cara te lo digo”. Milei hizo caso omiso. Sin embargo, el episodio da cuenta de que la titular del Senado, tiene apoyos.
En su equipo de trabajo lo saben y no lo ocultan. Semanas atrás circuló una encuesta en la que Villarruel era una de las tres dirigentes políticas del país con mejor imagen. El podío se completa con Milei y con Patricia Bullrich. ¿La vice mira al 2027?
Pese a ello, la estrategia de Villarruel encontró un escollo: su propio carácter. Ello se vio reflejado días atrás cuando salió responder mensajes en redes sociales luego de la estrepitosa sesión en la que la oposición humilló a los libertarios con la aprobación de proyectos de impacto fiscal incluso con aval de los gobernadores. No pudo contener su temperamento y salió a responder las críticas despotricando a su vez contra la figra preseincial. Es extensamente sabido que la vicepresidenta maneja ella misma su propias redes sociales.
En ese marco, no hará movimientos en materia electoral en lo que resta del año. No bendecirá candidatos, y tratará de minimizar las recorridas y los movimientos en clave electoral. Sabe que sus pasos son leídos por las Casa Rosada como gestos de “acumulación” política propia.
Según supo PERFIL, Villarruel comenzará a trabajar en la provincia de Buenos Aires luego de las elecciones de octubre. Ya hizo algunas apariciones como cuando se mostró con el intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos.
Villarruel cree que el crecimiento en la Provincia es clave. Se enfocará sobre todo en los distritos del interior bonaerense, en los que el electorado tiene mayor afinidad a sus posiciones ideológicas y lejos del Conurbano en donde hay predominancia peronista. Cuenta para la operatividad con Claudia Rucci. Pero también con su jefe de asesores, Mario “Pato” Russo.
En el primer año Villarruel se enfocó en las recorridas por las provincias, las que sabía que generaban recelo. Por ello las moderó en este segundo año. Sin embargo, no se privó de ir a Tucumán para el 9 de Julio. Tampoco se privó de difundir una app de noticias suyas: “Actualidad VEV”.
A su vez, tal como contó este medio el lunes se lanzará Libertad, Trabajo y Progreso Mendoza, el partido del senador Francisco Paoltroni que se incribió en la provincia cuyana para ponerse a disposición de Villarruel.