Otra semana de pánico y locura en los “mercados”. La élite financiera no le cree a Luis “Toto” Caputo sobre el nivel del tipo de cambio (es decir si habrá devaluación o no) y persiste la incertidumbre sobre el acuerdo con el FMI.
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El dólar blue cerró este viernes a $ 1.300, y las cotizaciones financieras también aumentaron, y el riesgo país subió a casi 800 puntos básicos. Los bonos se hundieron, los bonos en dólares operaron con bajas generalizadas de hasta 2,1%, liderados por el Global 2035, el Global 2041 (-1,8%), y Bonar 2035 (-1,8%).
Por su parte, el S&P Merval bajó 1,4%, las acciones líderes que más perdieron fueron Metrogas (-3,4%), YPF (-2,9%), Grupo Supervielle (-2,7%), y Transportadora de Gas del Sur (-2,5%).
Además, la sangría de dólares del Banco Central no se detiene. Este viernes fue la décima jornada consecutiva de ventas, así la autoridad monetaria se desprendió de U$S 192 millones y acumula desde el 14 de marzo una pérdida de U$S 1.640 millones.
¿Y los dólares del Fondo?
Las idas y vueltas en la negociación con el FMI agregaron mayor tensión. La portavoz del FMI, Julie Kozack, dijo este viernes que el Gobierno solicitó un nuevo programa por un financiamiento total de U$S 20.000 millones, aunque aclaró que el paquete y el cronograma de los desembolsos están sujetos a la aprobación de su Directorio.
El Fondo tuvo que confirmar el monto, pero develó que esa suma total no llegará este año, y habrá que ver cuándo efectivamente llegan los dólares. Se calcula que U$S 14.000 millones de esos U$S 20.000 millones son para pagar los vencimientos con el organismo, es decir que en el mejor de los casos quedaría un saldo de libre disponibilidad de U$S 6.000 millones. Según la consultora 1816 de los más de 300 programas aprobados por el FMI desde 2000, en el 59% de los casos el primer desembolso no llegó al 20% del monto acordado (lo que en este caso serían U$S 4000 millones) y en el 92% ese primer desembolso no alcanzó al 50% (que para el monto negociado ahora serían U$S 10.000 millones).
Otro de los puntos que no se conoce del acuerdo es si se va a mantener el crawling peg (devaluación diaria) del 1% mensual del tipo de cambio oficial y el dólar blend, que permite a los exportadores liquidar el 20% al contado con liquidación (CCL), o si el FMI va a exigir modificaciones y una devaluación más brusca. Tampoco se sabe qué otras exigencias hará el Fondo en relación a la reforma laboral, previsional y el ajuste.
La mayoría de los acuerdos con el FMI fracasan y en el mejor de los casos cuando los programas alcanzan sus objetivos, esto sucede a costa de un fuerte deterioro económico y abultando aún más la deuda externa, como pasó en Argentina desde 2018 o en Grecia desde 2008, y con un impacto distributivo nefasto donde unos pocos salen beneficiados de estas recetas, mientras la gran mayoría de la clase trabajadora padece las consecuencias. Nada bueno puede venir de la mano del Fondo, la historia ya nos ha dado sobradas muestras. Es necesario patear el tablero, e imponer una salida propia para que esta vez la crisis no la pague el pueblo trabajador.
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