La pesca deportiva nos brinda sorpresas constantemente. A veces, embarcados y apostando todo el día a dar con ese gran pez, y en otras ocasiones, mientras disfrutamos de la paz y el entorno de un pesquero, mate en mano con la familia. Algo así vivió en las últimas horas un aficionado que decidió ir a compartir unas horas a la vera del río Uruguay junto a su esposa y se encontró con uno de los gigantes del otro lado de la línea.
Sergio Duarte es el cañófilo que contó su experiencia al Diario Río Uruguay, aún con gran emoción tras la captura de un surubí de 40 kilos. Aficionado local, entró antes del camping municipal para compartir una tarde de mates con la esposa y disfrutar caña en mano del río. En pocos minutos logró una boguita, y con ella viva en el anzuelo, se adentró en las aguas buscando ganar algunos metros y depositar el aparejo en búsqueda de algún buen pique. Sin embargo, minutos más tarde, la sorpresa se adueñó del día. “Empezó a sacar nylon y al clavarlo, empezó a disparar. Ahí me di cuenta que no era un dorado porque no saltó y no había forma de frenarlo. Entonces me meto al río y ahí fueron 15 minutos emocionantes, porque la pelea con un animal de ese tamaño es increíble, pero por suerte pudimos sacarlo”, detalló el pescador.
Duarte, en una clara muestra de cuidado del recurso, señaló que lo tuvieron fuera del agua muy poco, lo necesario para la foto y rápidamente lo devolvieron a su hábitat. “Ellos son los reproductores de nuestro río; por eso es muy importante concientizar a la gente”, remarcó el pescador que, asimismo señaló que un ejemplar de ese porte es difícil de comer, ya que tienen mucha grasa. «Los que somos apasionados de la pesca sufrimos cuando no hay surubí, dorado o boga, por eso hay que cuidarlos”.
Una tarde tranquila pasó a ser una inolvidable para este pescador como para muchos lugareños y turistas que advirtieron la situación, se acercaron y aplaudieron cuando el ejemplar fue devuelto al río como corresponde.
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